"Descubra los yacimientos termales de El Progreso
El bosque en lo alto de la montaña del Campamento Las Américas se conserva virgen
Estas regiones hasta hace poco sólo atraían a personas con una alta sensibilidad hacia la naturaleza, pero la tendencia va marcando otro rumbo debido a la acelerada destrucción del medio ambiente.
Nada es como antes. Aquellos ríos caudalosos y cargados de vida que pasaban cerca de las ciudades han dejado de existir o se han convertido en cauces de aguas contaminadas.
Ahora quienes deseen disfrutar nuevamente de esa riqueza natural deberán ponerse unos zapatos todoterreno, jeans y camiseta ligera y adentrarse en las montañas para llegar a los nacimientos que siguen fluyendo en los pocos lugares conservados.
Los progreseños en particular cuentan con una reserva que se ha conservado intacta a través del tiempo. Sus propietarios, en lugar de talar los bosques para vender la madera, prefirieron protegerlos para conservar su montaña y convertirla en un patrimonio que ahora es invaluable.
Se trata del Campamento Internacional Las Américas, localizado a tres kilómetros de El Progreso. Para llegar, debe tomar la carretera que de esta ciudad conduce a Tela y tomar el desvío en una comunidad llamada Porvenir del Norte, antes de llegar a ZIP El Porvenir.
El campamento se levanta en la falda de la montaña y sin caminar mucho usted empezará a disfrutar de una naturaleza única, con gigantescos árboles de 300 o más años.
Este es un lugar que gracias a sus propietarios ha mantenido a salvo una gran cantidad de montículos que guardan bajo tierra vestigios arqueológicos dejados por civilizaciones indígenas pasadas. Basta cavar un poco en las paredes de tierra para empezar a observar restos de vasijas de barro y utensilios de piedra.
Ahí mismo, a pocos pasos del campamento, al cual se llega en vehículo sin ningún problema, están las primeras posas del río Quebrada Seca, llamado en el pasado Boca de Mina, por un yacimiento de hierro situado río arriba.
Además de darse un refrescante baño en las cristalinas aguas, el visitante disfrutará aquí de muchas actividades relacionadas al turismo de montaña y a la naturaleza, como montar a caballo o caminar por senderos para observar aves, monos, ardillas y otras especies propias del lugar.
Hacia las aguas termales
Cabe señalar que el trayecto hasta el sitio, localizado a más de una hora de camino, lo deja a uno exhausto, pero la recompensa es más que satisfactoria: una naturaleza única dominada por la espesura de un bosque virgen, poblado por monos aulladores y especies que no distinguiremos por los sonidos que emiten, ya que hace muchos años se alejaron de nosotros, sus principales enemigos.
El trayecto es a través de empinadas colinas que roban el aliento y senderos que en momentos pasan por debajo de la espesa vegetación.
Por ser virgen, el yacimiento aún no cuenta con ningún tipo de infraestructura, por lo que el visitante deberá excavar un camino para el agua que nace de la montaña a más de 60 grados de temperatura.
El agua humeante llega al río donde se pueden hacer pequeñas posas para que se mezcle con el agua fría y logremos un relajante baño de agua tibia.
Ahí también podrá disfrutar de muchas posas naturales que se han formado.
Este campamento es perfecto para excursiones con fines eco-turísticos de escuelas, colegios, iglesias o grupos amantes a la naturaleza. El acceso cuesta tan sólo 10 lempiras por persona.
El bosque en lo alto de la montaña del Campamento Las Américas se conserva virgen
Estas regiones hasta hace poco sólo atraían a personas con una alta sensibilidad hacia la naturaleza, pero la tendencia va marcando otro rumbo debido a la acelerada destrucción del medio ambiente.
Nada es como antes. Aquellos ríos caudalosos y cargados de vida que pasaban cerca de las ciudades han dejado de existir o se han convertido en cauces de aguas contaminadas.
Ahora quienes deseen disfrutar nuevamente de esa riqueza natural deberán ponerse unos zapatos todoterreno, jeans y camiseta ligera y adentrarse en las montañas para llegar a los nacimientos que siguen fluyendo en los pocos lugares conservados.
Los progreseños en particular cuentan con una reserva que se ha conservado intacta a través del tiempo. Sus propietarios, en lugar de talar los bosques para vender la madera, prefirieron protegerlos para conservar su montaña y convertirla en un patrimonio que ahora es invaluable.
Se trata del Campamento Internacional Las Américas, localizado a tres kilómetros de El Progreso. Para llegar, debe tomar la carretera que de esta ciudad conduce a Tela y tomar el desvío en una comunidad llamada Porvenir del Norte, antes de llegar a ZIP El Porvenir.
El campamento se levanta en la falda de la montaña y sin caminar mucho usted empezará a disfrutar de una naturaleza única, con gigantescos árboles de 300 o más años.
Este es un lugar que gracias a sus propietarios ha mantenido a salvo una gran cantidad de montículos que guardan bajo tierra vestigios arqueológicos dejados por civilizaciones indígenas pasadas. Basta cavar un poco en las paredes de tierra para empezar a observar restos de vasijas de barro y utensilios de piedra.
Ahí mismo, a pocos pasos del campamento, al cual se llega en vehículo sin ningún problema, están las primeras posas del río Quebrada Seca, llamado en el pasado Boca de Mina, por un yacimiento de hierro situado río arriba.
Además de darse un refrescante baño en las cristalinas aguas, el visitante disfrutará aquí de muchas actividades relacionadas al turismo de montaña y a la naturaleza, como montar a caballo o caminar por senderos para observar aves, monos, ardillas y otras especies propias del lugar.
Hacia las aguas termales
Cabe señalar que el trayecto hasta el sitio, localizado a más de una hora de camino, lo deja a uno exhausto, pero la recompensa es más que satisfactoria: una naturaleza única dominada por la espesura de un bosque virgen, poblado por monos aulladores y especies que no distinguiremos por los sonidos que emiten, ya que hace muchos años se alejaron de nosotros, sus principales enemigos.
El trayecto es a través de empinadas colinas que roban el aliento y senderos que en momentos pasan por debajo de la espesa vegetación.
Por ser virgen, el yacimiento aún no cuenta con ningún tipo de infraestructura, por lo que el visitante deberá excavar un camino para el agua que nace de la montaña a más de 60 grados de temperatura.
El agua humeante llega al río donde se pueden hacer pequeñas posas para que se mezcle con el agua fría y logremos un relajante baño de agua tibia.
Ahí también podrá disfrutar de muchas posas naturales que se han formado.
Este campamento es perfecto para excursiones con fines eco-turísticos de escuelas, colegios, iglesias o grupos amantes a la naturaleza. El acceso cuesta tan sólo 10 lempiras por persona.
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